Son todas las actividades que carecen de regulación del Estado y no obedecen a las reglamentaciones legales.



sábado, 1 de mayo de 2010

La economía informal como fenómeno

Escrito por Rómulo E Lander Hoffmann

Sábado, 01 de Mayo de 2010 07:04

El fenómeno de la economía informal en nuestros países ha sido analizado desde múltiples ángulos, pero pocas veces se le sitúa o se le califica como una tendencia propia e inherente a la evolución social y económica de nuestras sociedades; sino más bien, craso error, como una anomalía que aunque persistente, es transitoria.


El aumento en proporción, de la economía informal, es una muestra inequívoca del deterioro del aparato económico, que al contraerse, léase; malas, o inexistentes políticas de estado, va generando un reacomodo de los actores económicos, y una extensión de los segmentos de pobreza que a su vez retroalimentan al sistema, ocasionando mas contracción y mas desaparición de puestos de trabajo. Esto es especialmente notorio en el sector de los servicios (terciario), ya que al disminuir el contingente laboral, la parte del ingreso que los trabajadores dedicaban a las actividades propias de este segmento tales como: Recreación, educación, salud, comunicaciones, e incluso todo tipo de bienes no imprescindibles, dejan de ser utilizados y/o adquiridos.


Cuando esta situación se hace sostenida en el tiempo, produce un doble fenómeno; Empobrecimiento progresivo de la economía del país y aumento en extensión del sector de los excluidos.
A su vez, las recurrencia de estos fenómenos en el tiempo generan un aumento desproporcionado de los servicios que presta el estado, ocasionando eventualmente su colapso ante la imposibilidad de cubrir cada vez mayores demandas. Dando lugar a la aparición de nuevas necesidades sociales insatisfechas, que a su vez dan origen a transformaciones sociales estructurales.


El aumento continuo de formas de empleo no formales, se expresa principalmente en el aumento de la concentración poblacional en las grandes ciudades. Población, que ante la imposibilidad por parte del estado de satisfacer sus viejas y nuevas necesidades, pasara a engrosar las estadísticas de deserción y de fracaso escolar y consecuentemente, a mediano plazo, la dificultad de inserción laboral de estos, potenciara aun más el fenómeno antes citado.
Estas necesidades (insatisfechas) originadas por fenómenos nuevos y/o concurrentes, están transformando radicalmente las formas de organización social, y en consecuencia si queremos obtener resultados positivos en la solución del problema; Tendremos que cambiar, también radicalmente, la forma de atacarlo.


Esto nos lleva a definir al modelo publico de servicios, inclusive el de esta mal llamada “revolución”; como obsoleto e inadecuado, lo cual se evidencia, en la ruptura de las relaciones tradicionales entre el mercado y el estado. El cual, siempre se ha empeñado, tercamente, en subsanar las anomalías y necesidades de la población, principalmente a través de la redistribución de la renta. Cosa que era posible (aparentemente) cuando estas necesidades eran limitadas; el segmento de los excluidos mucho mas pequeño, y el ingreso proporcional mucho mayor.


Esta malformación, se ha exponenciado en el ultimo lustro, en el cual, este estado (eufemismo este, ¿no?) se ha empeñado en eliminar totalmente el aporte, que para el desarrollo social, entregaba el sector privado de la economía formal.

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